Mensaje
del Presidente
Miércoles de
Cenizas 2015
Hoy iniciamos la Cuaresma 2015, un camino de preparación
hacia la Pascua. Al imponernos las cenizas escuchamos las palabras “Conviértete
y cree en el Evangelio”. La Cuaresma es tiempo privilegiado de conversión… de
encuentro.
En la Exhortación Apostólica “La Alegría del Evangelio” el
Papa Francisco (EG3) nos invita a la
conversión… al encuentro “Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y
situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con
Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de
intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta
invitación no es para él, porque “nadie queda excluido de la
alegría reportada por el Señor”. Al que arriesga, el Señor no lo
defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya
esperaba su llegada con los brazos abiertos. Éste es el momento para decirle a
Jesucristo: “Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor,
pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito.
Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores”. Y
surge la pregunta personal aquí y ahora ¿Queremos encontrarnos con Jesús?
La Cuaresma es también tiempo especial para estar con Jesús a quien
hemos encontrado. El amor, como ustedes saben muy bien, requiere cercanía y
permanencia. El viernes 27 de septiembre de 2013 el Papa Francisco ofreció un
mensaje a miles de catequistas y les dijo “En este momento cada uno puede
preguntarse: ¿cómo vivo yo este “estar” con Jesús? Esta es una pregunta que les
dejo: “¿cómo vivo yo este estar con Jesús? ¿Este permanecer en Jesús?” ¿Tengo
momentos en los que permanezco en su presencia, en silencio, me dejo mirar por Él?
¿Dejo que su fuego enardezca mi corazón? Si en nuestro corazón no existe el
calor de Dios, de su amor, de su ternura, ¿cómo podemos nosotros, pobres
pecadores, enardecer el corazón de los demás?” Queridos hermanos la Cuaresma es
tiempo de estar en silencio con Jesús… en la lectura silenciosa y reflexiva de
la Palabra, en la oración y en la Eucaristía. Cada día a medio día en nuestra
Capilla tenemos la oportunidad de estar con Jesús… realmente presente en cada
Misa.
Finalmente la Cuaresma también es tiempo de
comunicación. La Iglesia hoy nos invita a la Conversión, a la Reflexión sobre
ese encuentro y a la Comunicación de ese encuentro. Es un llamado a ser
discípulos misioneros. Todos y cada uno de nosotros hoy somos llamados al encuentro,
a la reflexión y a la comunicación. En La Alegría del Evangelio (EG9) se
expresa de la siguiente forma “El bien siempre tiende a comunicarse. Toda
experiencia auténtica de verdad y de belleza busca por sí misma su expansión, y
cualquier persona que viva una profunda liberación adquiere mayor sensibilidad
ante las necesidades de los demás. Comunicándolo, el bien se arraiga y se
desarrolla. Por eso, quien quiera vivir con dignidad y plenitud no tiene otro
camino más que reconocer al otro y buscar su bien. No deberían asombrarnos
entonces algunas expresiones de san Pablo: «El amor de Cristo nos apremia» (2
Co 5,14); “¡Ay de mí si no anunciara el Evangelio!” (1 Co 9,16).” Y
nos dice el Santo Padre que esa comunicación del encuentro que tenemos se debe
dar prioritariamente con los pobres. Y aquí surge otra pregunta importante en
esta Cuaresma ¿Saldremos de esta Eucaristía de miércoles de cenizas dispuestos
a comunicar a los otros el encuentro personal con Jesús? ¿De forma prioritaria
a los que no han conocido a Jesús?
Tres palabras: conversión, oración y comunicación… un
itinerario para estos cuarenta días. Agradezco la generosidad y entrega de los
hermanos y hermanas que pronto saldrán a la Misión Cuaresmal Pionera 2015 en
las periferias de nuestra Universidad… ¡Animo! Cristo va al frente señalando el
camino y animándonos.